El Centro Académico del Instituto Tecnológico de Costa Rica (TEC), ubicado en Barrio Amón, acaba de celebrar su XXXII Aniversario.
Esta sede del TEC está llena de historia. Para conocerla a fondo, es necesario saber quienes fueron sus protagonistas y las fechas importantes en las que se dieron los acontecimientos que dan como resultado la instauración de la sede de San José donde actualmente se ubica.
Todo comienza con Minor Cooper Keith. Este empresario estadounidense creó la United Fruit Company en 1899. Esta empresa se encargaba de la plantación y exportación de banano en Centroamérica y el Caribe. Aquí en Costa Rica, se encargó de terminar la construcción del ferrocarril y la implantación de su empresa en nuestro territorio. Rafael Keith, hijo de Minor, fue quien ayudó a la creación del Centro Académico.
El ingeniero Rafael Keith se graduó de la Universidad de Cornell, Nueva York, en 1930 y 1933. Aquí en Costa Rica, junto con el Ing. Antonio Fernandez y el Lic. Mariano Ramírez, fundó la Escuela Técnica Nacional en 1949. Esta Escuela tenía la intención de dar a los varones jóvenes, conocimientos en especialidades técnicas como aritmética, ciencia general, dibujo mecánico, castellano, álgebra, química, electricidad y física experimental aplicada.
Esta Escuela contaba con subvención nacional y el apoyo de empresas privadas para proveer el dinero suficiente para sus labores.
El Tecnológico, por su parte, había creado la Oficina del Instituto en San José en el mes de noviembre de 1975. La oficina se ubicó en el segundo piso del Edificio Mendiola, perteneciente a la Inmobiliaria MENBEN Ltda.
El 10 de enero de 1977, dos funcionarios del TEC estuvieron buscando otro local para la sede de San José. Analizaron locales en Barrio Aranjuez, Barrio Los Yoses, Barrio La Granja y Barrio Escalante, pero se decidió mantenerla donde se encontraba en ese entonces.
Durante varios meses, comentó a algunas personas que quería traspasar el edificio de su Escuela Técnica al TEC. El 28 de abril de 1977, en una reunión de la Junta de la Escuela, se aprobó el traspaso del lote, el edificio y todo el mobiliario al Instituto.
El 24 de junio de ese año, Keith escribió una carta remitida a la Junta de la Escuela expresando: “Por razones de edad y salud el suscrito ha decidido traspasarle la Escuela Técnica Nacional, al Instituto Tecnológico de Costa Rica”.
En esa misma carta, se detalla la razón por la que se escogió al TEC: “Se ha escogido al Tecnológico por ser la entidad que tanto en el criterio del suscrito, como de un grupo de amigos al efecto consultados, nos ha parecido ser la entidad que con mayor acierto pudiera continuar y ampliar la labor, que durante los 27 años recién pasados, hemos venido llevando a cabo en la Escuela Técnica Nacional”.
En esta carta se incluyó que lo ahí escrito tendría efecto a partir del 30 de junio de ese mismo año. Días después, el sábado 2 de julio de 1977, se publicó en la Gaceta el Decreto Ejecutivo en el que se estipula el traspaso de todo el mobiliario y los aparatos construidos o adquiridos por la Escuela Técnica al Tecnológico, con lo que se oficializa la obtención del edificio por parte del TEC.
Este, dentro del contrato de traspaso, se comprometió a asumir la amortización del saldo de la hipoteca del edificio con el INS, como única deuda pendiente. Además, el Instituto recibiría el dinero que el Estado aportaba a la Escuela durante un tiempo determinado.
Ya para el 15 de noviembre de 1977, el TEC le escribió a Inmobiliaria MENDEN Ltda. para comunicarles que dejarían de utilizar su edificio como sede, puesto que ya tenían un edificio fijo.
El primer director de la Sede San José del Instituto Tecnológico de Costa Rica (todavía no se llamaba Centro Académico) fue el Ing. Juan Antillón.
Un dato curioso que se encuentra registrado es que se había propuesto darle el nombre de “Ing. Rafael W. Keith Alvarado” a la Sede, pero Keith, en una carta dirigida al rector Vidal Quirós, le dijo que deseaba que desistieran de la idea por dos razones: primero, porque no era el único que fundó la Escuela, y segundo, porque si se le ponía su nombre, “provocaría mucha correspondencia y llamadas telefónicas dirigidas a mi persona preguntando detalles sobre los cursos, etc. Esto es precisamente una de las cosas que yo he querido eliminar al retirarme como director de la Escuela Técnica Nacional”.
El nombre de “Centro Académico” no apareció hasta el 17 de diciembre de 1982, cuando en el Estatuto Orgánico del TEC, en el artículo 65, se le da ese nombre: “El Instituto Tecnológico de Costa Rica puede realizar sus actividades en otros lugares fuera de su Sede Central (…) Estas actividades se podrán constituir como estructuras organizativas con carácter de Centro Académico o de Sede Regional, con criterio de desconcentración técnica y administrativa.”
El Estatuto Orgánico es el documento donde se detalla toda la estructura que tendrá el TEC a partir de ese momento. Sin embargo, no fue sino hasta el 24 de enero de 1983 que comenzó a regir, cuando fue publicado en la Gaceta. Es a partir de esta fecha, cuando, formalmente, se crea la estructura de Centro Académico, dándole al edificio que anteriormente se había obtenido, el nombre con el que es conocido actualmente.
Esta sede del TEC está llena de historia. Para conocerla a fondo, es necesario saber quienes fueron sus protagonistas y las fechas importantes en las que se dieron los acontecimientos que dan como resultado la instauración de la sede de San José donde actualmente se ubica.
Todo comienza con Minor Cooper Keith. Este empresario estadounidense creó la United Fruit Company en 1899. Esta empresa se encargaba de la plantación y exportación de banano en Centroamérica y el Caribe. Aquí en Costa Rica, se encargó de terminar la construcción del ferrocarril y la implantación de su empresa en nuestro territorio. Rafael Keith, hijo de Minor, fue quien ayudó a la creación del Centro Académico.
El ingeniero Rafael Keith se graduó de la Universidad de Cornell, Nueva York, en 1930 y 1933. Aquí en Costa Rica, junto con el Ing. Antonio Fernandez y el Lic. Mariano Ramírez, fundó la Escuela Técnica Nacional en 1949. Esta Escuela tenía la intención de dar a los varones jóvenes, conocimientos en especialidades técnicas como aritmética, ciencia general, dibujo mecánico, castellano, álgebra, química, electricidad y física experimental aplicada.
Esta Escuela contaba con subvención nacional y el apoyo de empresas privadas para proveer el dinero suficiente para sus labores.
El Tecnológico, por su parte, había creado la Oficina del Instituto en San José en el mes de noviembre de 1975. La oficina se ubicó en el segundo piso del Edificio Mendiola, perteneciente a la Inmobiliaria MENBEN Ltda.
El 10 de enero de 1977, dos funcionarios del TEC estuvieron buscando otro local para la sede de San José. Analizaron locales en Barrio Aranjuez, Barrio Los Yoses, Barrio La Granja y Barrio Escalante, pero se decidió mantenerla donde se encontraba en ese entonces.
Durante varios meses, comentó a algunas personas que quería traspasar el edificio de su Escuela Técnica al TEC. El 28 de abril de 1977, en una reunión de la Junta de la Escuela, se aprobó el traspaso del lote, el edificio y todo el mobiliario al Instituto.
El 24 de junio de ese año, Keith escribió una carta remitida a la Junta de la Escuela expresando: “Por razones de edad y salud el suscrito ha decidido traspasarle la Escuela Técnica Nacional, al Instituto Tecnológico de Costa Rica”.
En esa misma carta, se detalla la razón por la que se escogió al TEC: “Se ha escogido al Tecnológico por ser la entidad que tanto en el criterio del suscrito, como de un grupo de amigos al efecto consultados, nos ha parecido ser la entidad que con mayor acierto pudiera continuar y ampliar la labor, que durante los 27 años recién pasados, hemos venido llevando a cabo en la Escuela Técnica Nacional”.
En esta carta se incluyó que lo ahí escrito tendría efecto a partir del 30 de junio de ese mismo año. Días después, el sábado 2 de julio de 1977, se publicó en la Gaceta el Decreto Ejecutivo en el que se estipula el traspaso de todo el mobiliario y los aparatos construidos o adquiridos por la Escuela Técnica al Tecnológico, con lo que se oficializa la obtención del edificio por parte del TEC.
Este, dentro del contrato de traspaso, se comprometió a asumir la amortización del saldo de la hipoteca del edificio con el INS, como única deuda pendiente. Además, el Instituto recibiría el dinero que el Estado aportaba a la Escuela durante un tiempo determinado.
Ya para el 15 de noviembre de 1977, el TEC le escribió a Inmobiliaria MENDEN Ltda. para comunicarles que dejarían de utilizar su edificio como sede, puesto que ya tenían un edificio fijo.
El primer director de la Sede San José del Instituto Tecnológico de Costa Rica (todavía no se llamaba Centro Académico) fue el Ing. Juan Antillón.
Un dato curioso que se encuentra registrado es que se había propuesto darle el nombre de “Ing. Rafael W. Keith Alvarado” a la Sede, pero Keith, en una carta dirigida al rector Vidal Quirós, le dijo que deseaba que desistieran de la idea por dos razones: primero, porque no era el único que fundó la Escuela, y segundo, porque si se le ponía su nombre, “provocaría mucha correspondencia y llamadas telefónicas dirigidas a mi persona preguntando detalles sobre los cursos, etc. Esto es precisamente una de las cosas que yo he querido eliminar al retirarme como director de la Escuela Técnica Nacional”.
El nombre de “Centro Académico” no apareció hasta el 17 de diciembre de 1982, cuando en el Estatuto Orgánico del TEC, en el artículo 65, se le da ese nombre: “El Instituto Tecnológico de Costa Rica puede realizar sus actividades en otros lugares fuera de su Sede Central (…) Estas actividades se podrán constituir como estructuras organizativas con carácter de Centro Académico o de Sede Regional, con criterio de desconcentración técnica y administrativa.”
El Estatuto Orgánico es el documento donde se detalla toda la estructura que tendrá el TEC a partir de ese momento. Sin embargo, no fue sino hasta el 24 de enero de 1983 que comenzó a regir, cuando fue publicado en la Gaceta. Es a partir de esta fecha, cuando, formalmente, se crea la estructura de Centro Académico, dándole al edificio que anteriormente se había obtenido, el nombre con el que es conocido actualmente.