POR LUCÍA VÁSQUEZ V. -
Festival Amón Cultural sedujo a decenas de personas con más de 50 actividades recreativas, educativas y artísticas este sábado
Un pícnic urbano se adueñó del bulevar frente al Centro de Cine, la tarde del sábado 5 de marzo. Sentados en colchonetas o en el suelo, personas de todas las edades compartían lo que tuvieran para comer mientras disfrutaban la presentación de un dúo de música. Atraídos por la reunión, una pareja de adultos mayores cruzaron la calle sin percatarse del carro que se encaminaba hacia la parte trasera del zoológico Simón Bolívar.
Un malcriado pito hizo brincar a la despistada pareja, rompiendo la armonía de quienes disfrutaban del sol, la comida y la música en ese improvisado pícnic. La copiloto, para completar el cordial gesto, les sacó el dedo del centro cuando los obligaron a moverse de la vía, reclamando lo... ¿suyo?
Esta corta escena resume en gran parte lo que fue Amón Cultural, un festival que ofreció más de 50 maneras diferentes para redescubrir Barrio Amón, uno de los barrios más antiguos y mágicos a través del arte, la cultura y su gente. Decenas de transeúntes se dispusieron a adentrarse a cada uno de los rincones que esconden esas 12 cuadras al norte de la capital, mientras esquivaban carros, o los carros los esquivaban a ellos.
Solamente una de las vías se cerró para la actividad, que ofreció espectáculos de teatro, música, danza, circo, recorridos arquitectónicos, recitales de poesía y más, en casas privadas, escenarios improvisados, salas de cine, galerías y hoteles (en la que se ubicó la tarima principal, entre calle 5 y 7).
Tres cuadras más abajo, en el Jardín de la Paz, frente al Edificio Metálico, otra Costa Rica hablaba. Se trataba del Dîner en Blanc o Cena de Blanco, un exclusivo evento organizado de manera secreta al cual se podía asistir solamente recibiendo una invitación directa. 600 personas vestidas de blanco, entre ellas, Lorena Velázquez, Jalé Berahimi, Maricruz Leiva, Johanna Ortiz y Sandra León, se reunieron para comer y tomar con “estilo” al frente del edificio construido en 1896. Aquí sí, con las vías cerradas.
La confluencia de carros no pareció ser un impedimento para las oleadas de personas que, sin vestir de blanco y sin formar parte de un selecto grupo de invitados, se dejaron perder en el encanto del barrio y de las actividades del primer festival Amón Cultural.
“Nosotros, más que todo por la chiquitilla, siempre buscamos actividades culturales, como Enamórate de tu Ciudad, el FIA, los domingos sin humo y así. Vimos algo diferente que era Barrio Amón que casi no se explota y pudimos conocer casas antiguas por dentro, ir al Simón Bolívar, bailarswing criollo y bailar tango”, comentó Adriana Chacón, vecina de Curridabat, quien asistió junto a su esposo y a su hija de cinco años.
“Nos gusta un montón porque somos como de esta nota, de rescatar el arte y la cultura. Es algo diferente en lo que en realidad usted no ocupa dinero, puede venir cualquier tipo de persona sin necesidad de sacar un millón de colones para hacer algo diferente”, agregó.
Flora León, educadora pensionada de San Pedro, también se mostró maravillada. “Lo importante de resaltar acá es el esfuerzo de los vecinos y que se preserve el acervo cultural e histórico que merece Barrio Amón; así como eliminar todo lo que no vaya con ese entorno, como los prostíbulos o bares de mala muerte”, comentó. “Este es un entorno lleno de arte, cultura y tradición, es uno de los barrios más antiguos de San José. ¿Por qué va a tener ese tipo de actividades o de comercio que no concuerdan con el resto del ambiente?”
Para Meybell Lewis, estudiante de la Universidad de Costa Rica, estos espacios son una oportunidad para apropiarse de la ciudad. “Dan chance de notar cosas que en otros momentos uno no se hubiera dado la oportunidad para ver”.
Tais Zúñiga, de San Sebastián, y Vilma Isabel Hidalgo, de San Antonio de Coronado, se conocieron en uno de los primeros Enamórate de tu Ciudad y, desde ahí, aseguran, se perdían pocos. Junto a un grupo de amigas se organizaban para vivir una ciudad que tiene mil cosas por ofrecer.
“Se dejó de hacer Enamórate de tu Ciudad y como que nos hemos desubicado. Todo el mundo está esperando el nuevo programa”, comentó Hidalgo. “Ahora se vino esto y la verdad es que nos ha gustado mucho. En mi caso, yo he estado en una depresión tremenda y Tais me animó. Yo digo: ‘Señor, gracias porque Tais me llamó, porque estaría en la casa quién sabe cómo. Aquí se me ha olvidado mucho’”.
Avanzada la tarde, las masas de personas se multiplicaban, buscando recuperar espacios para vivir el arte y la cultura. Algunos apreciaban la presentación del grupo de break dance del proyecto Sifais de La Carpio, otros, la presentación de la compañía de baile Andanza y otros más, al colectivo circense de Arte Callejero.
Constantemente, un pitazo de algún conductor enojado le recordaba a los transeúntes que se dejaban hechizar por alguna casa vieja con ganas de contar su historia, que no se encontraban tres cuadras más abajo vestidos de blanco, y que la calle seguía abierta.
Otro pitazo y frente a la fundación Teorética una intervención en la fachada invitaba a los asistentes a plasmar en sus paredes los mensajes que quisieran como parte de la preinauguración de la exposición Lo escrito, escrito está. “¡Viva siempre Barrio Amón y la paz!”, escribió alguien.